Cuando nos propusieron realizar una serie de talleres para la Semana Cultural, se nos ocurrió, entre otros, dos talleres que estaban relacionados con el dibujo. Para no repetir técnica, decidimos que podíamos refundir ambos en uno solo, y le pusimos el título: “El color de las emociones”.
Aprovechando además, que en Plástica estábamos tratando los colores: primarios y secundarios, fríos y cálidos… decidimos hacer unos murales colectivos, en los que intervendrían los noventa alumnos/as del 2º Ciclo. Primero, a nivel individual, y al final como resultado colectivo.
Para ello se le entregó a cada alumno/a una cartulina, tamaño A-4 y se les sugirió que dibujaran líneas y formas totalmente libres…nada de dibujo figurativo: casa, árbol, camino… La única condición era que tenían que seguir unas marcas previamente trazadas en las cartulinas, de manera que cada uno de los tres murales estaría formado por treinta dibujos de 5×6 cartulinas (como si fueran piezas de un puzle, cuyo resultado final nadie podía predecir)
Una vez terminados los dibujos, y formados los cuadros, quedaba el siguiente paso: el coloreado. Usamos principalmente ceras blandas y lápices de colores. En ese momento es cuando pusimos por separado en dos bandejas, los colores fríos y los cálidos.
Como se puede apreciar, uno de los cuadros tiene colores que representan la tristeza, frialdad, alejamiento, pérdida, añoranza… En otro, en cambio, se expresa la alegría, fuerza, calor, cercanía, júbilo… Para el tercero, mezclamos todos los colores disponibles.
Las formas abstractas que surgieron fueron muchas de ellas fruto de la coincidencia; otras, en cambio, han dado lugar a figuras más o menos reconocibles, dependiendo de cada espectador. Así nació el título de uno de los cuadros: “La rebelión de las aves”, por el singular parecido de las formas, más o menos geométricas, que evocaban picos, ojos, patas, crestas…Todo fue cuestión, entonces, de seguir buscando más apariencias y creando figuras que tuvieran semejanza con estos animales.
Así hemos conseguido además que, un trabajo inicialmente individual, se haya transformado en tres representaciones colectivas, donde la expresión: “mi dibujo” se pueda cambiar por “nuestros cuadros”. Esto conlleva, que el respeto por el cuidado de los trabajos sea cosa de todos/as.
Es digno de agradecer el entusiasmo que ha puesto el alumnado, a medida que iban apareciendo colores, formas y que, esos rompecabezas de líneas sin sentido, hayan cobrado vida. Sin lugar a dudas, estarán orgullosos/as cuando vean su esfuerzo expuesto en el Centro. ¡¡¡ENHORABUENA!!!
Domingo Cruz Ruiz