Pedro y su secreto.
Había una vez un niño llamado Pedro, que le encantaban los animales e irse al campo, y pasar horas y horas en su escondite, que sólo él conocía.
Su escondite era una cueva que había a unos 500 metros aproximadamente de su casa. Allí tenía una serpiente en un bote de mayonesa, a la cual, le echaba de comer mosquitos y hormigas, que atrapaba y metía en una bolsa para luego dárselos a su serpiente León. También tenía un gato blanco que encontró junto a un contenedor un día cuando iba de paseo en bici con sus amigos, al cual, le puso de nombre Miguel, y por último, el gorrión Ramón, que cogió un día de debajo de un coche que se acaba de caer de un naranjo un día de viento y lluvia, y no podía volar y lo metió en una jaula, para llevárselo a su cueva.
En su casa no podía tener animales, no porque sus padres no le dejarán sino que su hermano pequeño Juan, era asmático y alérgico a los pelos de los animales. Por todo ello, él tenía su escondite y su pequeño zoológico, en su cueva.
Un día, un amigo súper intrigado porque no sabía dónde iba cada tarde después de almorzar Pedro, lo persigue y descubre cual era el secreto que tenía y se lo cuenta a su madre, pensando que ella lo iba a castigar pero se equivocó, ya que desde aquel día su madre le ayuda en la alimentación y cuidado de sus animales.
ABEL BECERRIL MORA 5º A