En un pueblo de montaña muy alejado de la ciudad, llegó la Navidad. Todo estaba nevado y hacía mucho frío. Un día, casi todos los habitantes del pueblo se reunieron para adornar la plaza del pueblo. Entre todos decidieron hacer un muñeco de nieve gigante en el centro de la plaza ya que ese año había mucha nieve. Todos colaboraron, menos María, una niña que nunca le había gustado adornar la plaza. Los amigos fueron a su casa y le dijeron que este año iba a ser diferente. No había ni pino, ni luces de navidad, solo un gran muñeco de nieve. También iban a invitar a todos el día de Navidad a un chocolate calentito en la plaza. No le pareció mala idea y se fue con los niños a la plaza. Cuando llegaron, ya estaba casi terminado. A María le tocó ponerle la nariz, cosa que le hizo mucha ilusión. Cuando lo terminaron, empezaron a cantar villancicos y a tomarse el chocolate calentito. Les pareció a todos una idea de lo más original. Pasaron unas Navidades diferentes pero muy bonitas.
Elena Pérez Delgado 5º A