El día 1 de octubre se celebró el Día Internacional de las Personas Mayores. El objetivo de reivindicar el papel activo que desempeñan las personas mayores en nuestra sociedad, agradeciendo su contribución y sensibilizando a la opinión pública acerca de sus necesidades y capacidades. Nuestros mayores no quieren ser vistos como actores pasivos sin opinión, intereses o deseos. Tienen mucho todavía que aportar, y por ello hay que favorecer su participación en una sociedad inclusiva en la que tengan cabida todas las edades. Se pretende rendir un homenaje a las personas mayores. Nos sumamos al lema propuesto por Naciones Unidas para este año 2018 “Reconociendo a las personas mayores como defensoras de los derechos humanos”
Aprovechando la ocasión el lunes día 1 de Octubre vinieron al colegio los abuelos/as de 2º A y al día siguiente los de 2ºB.
Nos contaron muchas historias de cuando ellos iban al colegio. La abuela de Valeria nos enseñó a jugar al diábolo(que es un juego de equilibrio como una especie de yoyó que se tira al aire y se recoge en una cuerda con dos palitos),también jugaban a la rayuela, al elástico, a la comba y a los cromos y los niños a la piola, con el balón, etc.
Nos contaron que en su época no había coches y todos iban al colegio andando y solos, aunque lloviese.
También nos dijeron que no tenían cuartos de baño en el cole, que les daban un vaso de leche y un trozo de queso y que los niños iban a una clase y las niñas a otra.
Todas las mañanas rezaban en cuanto entraban y antes de entrar tenían que cantar “Cara al sol” puestos en fila. Y en el mes de mayo le cantaban a la Virgen.
Para aprender a escribir lo hacían en una pizarrilla pequeña con una pluma y tintero. Las niñas aprendían a coser y la abuela de Valeria y la de Urbano nos trajeron pequeñas muestras muy bonitas. A las abuelas les gustaban mucho las clases de “Historia Sagrada”(Religión).Algunas nos recitaron poemas y nos cantaron canciones de su niñez.
Tenían muy poco material, la mayoría no tenían lápices de colores, se lo pedían a los Reyes Magos y si se los traían eran muy felices, los cuidaban mucho y se lo prestaban a los amigos pero pidiéndole que tuvieran mucho cuidado. Algunos no tenían goma y borraban con la miga del pan. No tenían sacapuntas, se lo prestaba la maestra.
Iban a la escuela por la mañana y por la tarde y también los sábados.
El abuelo de Alejandro tuvo que dejar de ir al colegio con 8 años para ir a guardar cochinos y su papá le pagaba clases por la tarde para que siguiera aprendiendo.
La mayoría de las abuelas fueron al colegio hasta los 11 ó 12 años hasta que sacaron los estudios primarios.
Nos gustó mucho la visita y aprendimos muchas cosas interesantes.